La “Carga de la Brigada Ligera”, paso a explicar someramente las
causas de dicha insensatez dentro de los anales de la historia de la
caballería. Ese día de 25 de octubre de 1854, participaron en dicha carga los
siguientes Regimientos:
4th Light Dragoons
8 th Hussars
11th Hussars
13th Light
Dragoons
17th Lancers
Aunque la
controversia sobre los motivos de dicha carga aún hoy ocupan espacio de debate
entre los estudioso, al parecer todo se debe a la errónea interpretación de una
orden del Comandante en Jefe del Ejército Británico Lord Raglan sobre la
necesidad que la caballería avance e impida que los rusos se lleven unos
cañones que habían capturado al ocupar un reducto defensivo a los turcos
(aliados de los británicos en esta Guerra de Crimea).
Lord Raglan
La orden se
refería a unos cañones que había en unas posiciones o reductos defensivos
turcos en unas colinas que bordeaban el lado derecho –las colinas Causeway-,
del Valle Norte de Balaklava. No a los más de 25 cañones rusos que habían al
final y a los flancos de dicho Valle Norte, apoyados por regimientos de
caballería cosaca y por infantería rusa.
Atacar solo con la caballería estas posiciones rusas era una auténtica
barbaridad. Fuera de toda lógica.
La orden, -escrita por Lord Richard Airey, ayudante de Lord Raglan, veterano de Waterloo donde había perdido un brazo-, decía: "Lord Raglan desea que la caballería avance rápidamente hacia adelante, persiga al enemigo e intente impedir que retire sus cañones. La artillería montada puede acompañarle. La caballería francesa se encuentra a su izquierda. Inmediatamente".
La orden, -escrita por Lord Richard Airey, ayudante de Lord Raglan, veterano de Waterloo donde había perdido un brazo-, decía: "Lord Raglan desea que la caballería avance rápidamente hacia adelante, persiga al enemigo e intente impedir que retire sus cañones. La artillería montada puede acompañarle. La caballería francesa se encuentra a su izquierda. Inmediatamente".
¿Por qué
entonces se interpretó mal esta orden?
Varias son
las causas:
1- Los
reductos a los que se refería la orden no se podían ver desde donde estaba
situada la Brigada Ligera.
2. Las
pésimas relaciones entre el Comandante de toda la caballería británica Lord
Lucan y su cuñado, Lord Cardigan, comandante de la Brigada Ligera. Como apenas
se dirigían la palabra, no hablaron entre ellos para clarificar el verdadero
sentido de la orden (como era muy normal), antes del ataque
suicida. De hecho, toda la prensa británica se hacía “cruces” de cómo dos tipos
tan ineptos que encima se odiaban, podían mandar la caballería. Sus altos
cargos los ganaron comprándolos gracias al sistema británico de compra de
categorías militares, que favorecía a los oficiales con más poder económico.
Ninguno tenía apenas experiencia militar en tiempo de guerra.
Lord Cardigan
Lord Lucan
3. La
impetuosidad y entusiasmo del edecán y portador de la orden, el capitán Lewis
Nolan del 15 th de Húsares. Un oficial experto y estudioso de la caballería con
experiencia militar en la India. Cuando Lord Lucan le preguntó al ver la orden
a qué cañones se refería, Nolan, muy nervioso, extendió su brazo (que seguramente, tanto podía indicar las
colinas de la derecha como las baterías rusas del fondo del Valle) y gritando a Lucan y a Cardigan dijo “Allí están sus cañones Milord, allí”.
Cuando se inició la carga, Nolan se dio cuenta del error de
interpretación, e intentó desviar la Brigada Ligera hacia la derecha
adelantando a Lord Cardigan, pero una granada rusa le destrozó el pecho. Fue el
primer muerto de la Carga. A morir Nolan, se desvaneció totalmente la
posibilidad de enmendar el error.
Capitán Nolan
Lord Cardigan dispuso sus 673 hombres (hay discrepancias
sobre el número exacto de jinetes, pero siempre alrededor de esta cifra), en
tres líneas; la primera con el 13th Light Dragoons y el 17th Lancers, la
segunda con el 11th de Hussars y la
tercera con el 8th de Hussars y el 4th Light Dragoons y las lanzó contra las
baterías rusas del fondo y lados del Valle Norte, llamado a partir de entonces,
el “Valle de la Muerte.”
Después de soportar una incesante lluvia de
proyectiles, en un auténtico corredor de fuego, la Brigada ya diezmada,
contactó con los artilleros rusos luchando heroicamente y retirándose ante la
falta de apoyo (tan solo los Cazadores franceses –Francia también era aliada de
los británicos-, lucharon contra los rusos del flanco izquierdo) y lo imposible
de la victoria.
A la cabeza de la Carga, Lord Cardigan que
llegó hasta las baterías rusas, y una vez allí volvió grupas llegando al punto
de partida de la Brigada prácticamente ileso.
Tras la carga, que duró unos 20-25 minutos (de
las 11 de la mañana hasta las 11.25), al pasar lista, el resultado fue que solo
195 jinetes seguían en su montura, los demás iban regresando penosamente como
podían, ya que tenían que pasar otra vez por los cañones rusos de los lados, la
infantería y luchar contra la caballería cosaca rusa. De hecho esta temeraria
carga dejó estupefacto a los jinetes rusos (lanceros, húsares y cosacos). Y
corrió el rumor que los rusos se preguntaban ante el ardor de los jinetes
británicos si estos no estaban ebrios para realizar esta carga.
Entre muertos y heridos la Brigada perdió 271
hombres: muertos en acción: 110, heridos y prisioneros: 32, heridos que
volvieron, 129 hombres. Ilesos, 395 hombres. Caballos muertos: 375. Con estos
resultados en la mano, como se ve, la temeraria carga fue magníficamente
ejecutada. La Brigada aún tuvo menos bajas de las que en principio se podía
esperar.
Podríamos decir que la carga fue un éxito,
ya que si el objetivo de una carga de caballería era dispersar las líneas
enemigas y alejarlas del campo de batalla, tal como reconocieron los propios
rusos, la Brigada Ligera había logrado su objetivo. El problema es que su
acción no tuvo continuidad y el apoyo de otras unidades. Por ello, los rusos
celebran Balaklava como una victoria.
El poeta Lord Alfred Tennyson publicó el 9 de
diciembre de 1854 su famoso poema ensalzando dicha Carga, tras leer la crónica
del combate en el Times, aunque quizás bajo el elogio, también podamos ver
cierta crítica. Este poema alcanzó una popularidad inusitada en Gran Bretaña. Incluso
se repartió a modo de panfleto entre las tropas destinadas en Crimea.
La Carga
de la Brigada Ligera
Media legua,
media legua
Media legua
entre ellos.
Por el Valle
de la Muerte
Cabalgaron
los seiscientos
¡Adelante
Brigada Ligera¡
“Cargad
sobre los cañones” dijo.
En el Valle
de la Muerte
Cabalgaron
los seiscientos
¡Adelante
Brigada Ligera¡
¿Algún
hombre ha desfallecido?
No, aunque
los soldados supieran
Que era un
desatino.
No estaban
allí para replicar
No estaban
allí para razonar
No estaban
sino para vencer o morir
En el Valle
de la Muerte
Cabalgaron
los seiscientos.
Cañones a su
derecha
Cañones a su
izquierda
Cañones ante
sí
Descargaron
y tronaron
Azotados por
las balas y metralla
Cabalgaron
con audacia
Hacia las
fauces de la Muerte
Hacia la
boca del Infierno
Cabalgaron
los seiscientos
Brillaron
sus sables desnudos
Destellaron
al girar en el aire
Para golpear
a los artilleros
Cargando
contra un ejército
Que asombró
al mundo entero
Zambulléndose
en el humo de las baterías
Cruzaron las
líneas
Cosacos y
rusos
Retrocedieron
ante el tajo de los sables
Hechos
añicos se dispersaron
Entonces
regresaron
Pero no los
seiscientos
Cañones a su
derecha
Cañones a su
izquierda
Cañones
detrás de sí
Descargaron
y tronaron
Azotados por
balas y metralla
Mientras
caballos y héroes caían
Los que tan
bien habían luchado
Entre las
fauces de la Muerte
Volvieron de
la boca del Infierno
Todo lo que
de ellos quedó
Lo que quedó
de los seiscientos
¿Cuándo
marchitará su gloria?
Oh¡ Qué
carga tan valiente la suya¡
Al mundo
entero maravillaron
¡Honrad la
carga que hicieron¡
¡Honrad a la
Brigada Ligera¡
A los nobles
seiscientos.